histats.com Batido para aumentar masa muscular | Recetas Deliciosas

Batido para aumentar masa muscular

Durante años, para mí, «batido de proteínas» era sinónimo de un líquido grisáceo con sabor a tiza y una lista de ingredientes impronunciables. Lo tomaba por obligación, casi tapándome la nariz, porque «es lo que hay que hacer» después de entrenar.

Odiaba esa sensación de estar consumiendo algo tan artificial. Sentía que todo el esfuerzo que hacía en el gimnasio, levantando pesas y cuidando mi cuerpo, se veía traicionado por un polvo procesado.

Así que un día me planté. Tenía que haber otra manera. Una forma de darle a mi cuerpo lo que necesitaba para recuperarse y crecer, pero con comida de verdad. Comida que pudiera ver, tocar y, sobre todo, disfrutar.

Fue así como, después de muchas pruebas y errores, nació esta receta. No es solo un batido; es mi pequeño ritual de 5 minutos, el premio que me doy después de un entrenamiento duro y la prueba de que nutrirse bien puede ser increíblemente delicioso.

Sobre las Calorías y el Porqué de este Batido

Cuando empecé a tomarme en serio el gimnasio, también tuve que empezar a entender de números. No por obsesión, sino por eficiencia. Quería saber si lo que comía realmente servía para mis objetivos.

Investigué un poco y me di cuenta de que la clave después de entrenar era la combinación de proteínas para reparar el músculo y carbohidratos para reponer la energía gastada. Este batido fue mi solución.

Calculo que cada vaso, tal como lo preparo, ronda las 480-500 calorías. Sé que puede sonar a mucho para algunos, pero aquí cada caloría cuenta. No son calorías vacías; es combustible puro para la recuperación.

La mayor parte de la proteína viene del yogur griego, y los carbohidratos, del plátano y la avena. Es un equilibrio que me funciona a la perfección, dándome una sensación de saciedad y energía sin sentirme pesado. Es la diferencia entre «llenar el tanque» y «nutrir el motor».

Ingredientes: Mi Selección Personal

Lo mejor de este batido es la simplicidad de sus ingredientes. No hay nada raro ni difícil de encontrar. Es comida real, y eso se nota en el sabor y en cómo te sientes después.

Para un vaso generoso, que es mi medida estándar, esto es lo que junto en la encimera:

  • Yogur griego, una taza y media. Para mí, es la base de todo. Intenté hacerlo con yogur normal al principio, pero el resultado era muy líquido y, sinceramente, la cantidad de proteína no era la misma. El yogur griego le da esa textura densa y cremosa que es una maravilla.

  • Medio plátano congelado. El truco del plátano congelado me cambió la vida. No es solo por el dulzor natural que aporta, es que le da una textura de helado que hace que el batido sea mucho más refrescante y apetecible, sobre todo después de sudar.

  • Un puñado de nueces tostadas. Necesitaba una fuente de grasas saludables, y las nueces son mis favoritas. El hecho de que estén ligeramente tostadas intensifica su sabor y le da un toque increíble al conjunto. Un puñado, sin medir demasiado.

  • Tres cucharadas soperas de avena. La avena es para la energía sostenida. Evita que me dé un bajón de azúcar al poco tiempo y añade fibra, lo que hace que el batido sea más completo y saciante. Uso copos de avena enteros, sin más.

  • Un toque de canela en polvo. Esto es opcional, pero para mí es el toque final que une todos los sabores. Apenas un cuarto de cucharadita es suficiente para darle un aroma cálido y especial.

La Preparación: Menos de Cinco Minutos para la Magia

No hay ningún misterio aquí, y eso es lo mejor. Cuando llego del gimnasio, cansado y con pocas ganas de complicarme la vida, esto es un regalo. Todo el proceso no me lleva más de cinco minutos, desde que saco las cosas de la nevera hasta que doy el primer sorbo.

Primero, lanzo el medio plátano congelado al vaso de la licuadora. A veces lo parto en dos o tres trozos si está muy grande, para ayudar a la máquina.

Luego van las tres cucharadas de avena y el puñado de nueces. No hay un orden estricto, pero me gusta poner los sólidos primero.

Añado la taza y media de yogur griego por encima, cubriendo todo lo demás. Y, por último, espolvoreo la pizca de canela.

Le doy a la máxima potencia durante unos 45 segundos, o hasta que veo que la mezcla es completamente homogénea y no quedan trozos de nuez o avena. El ruido de la licuadora es casi como la campana que anuncia el final del entrenamiento.

Sirvo inmediatamente en un vaso alto y lo disfruto sin prisas. La textura es tan densa que a veces incluso me lo como con cuchara, como si fuera un postre.

Algunos Experimentos y Variaciones

La verdad es que, aunque esta es mi versión «clásica», he ido probando cosas nuevas con el tiempo. No siempre tengo los mismos ingredientes a mano o, simplemente, me apetece cambiar un poco.

Si un día necesito un extra de proteína porque el entrenamiento ha sido especialmente duro, aquí es donde a veces añado media cucharada de proteína en polvo de sabor neutro o vainilla. Se integra perfectamente.

Una vez me quedé sin plátano y usé un puñado de fresas congeladas en su lugar. El sabor cambia por completo, es más ácido y fresco, pero la base sigue siendo increíble. Los arándanos también funcionan genial.

En cuanto a las grasas, las almendras son un sustituto perfecto de las nueces. Y si quiero añadir un extra de fibra y omega-3, a veces le pongo una cucharada de semillas de chía o de lino molidas.

Si te gustan los batidos más líquidos, un chorrito de leche (la que prefieras, de vaca, almendras, avena…) lo soluciona al instante sin alterar demasiado el perfil nutricional. Es cuestión de ir probando hasta encontrar tu punto exacto.

Este batido se ha convertido en más que una simple receta para mí. Es mi pequeño ritual, el gesto con el que cierro el ciclo del esfuerzo físico. Es la forma que encontré de darle a mi cuerpo lo mejor, de una forma honesta y, sobre todo, deliciosa.

Ha dejado de ser una obligación para convertirse en un verdadero placer. Un recordatorio de que cuidarse no tiene por qué estar reñido con disfrutar.

Quizás de eso se trata todo al final, de encontrar la forma de disfrutar del camino mientras construyes la mejor versión de ti mismo. Y a veces, ese camino tiene sabor a plátano, nueces y canela.

Si te gustó esta receta, aquí tienes otra que seguro te va a encantar

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *