Hay recetas que te transportan. Esta es una de ellas. No es exactamente de un recetario antiguo con páginas amarillas, pero sí que tiene ese aire de antes, de postre sencillo y delicioso que parece flotar. Lo más curioso es que no lleva ni pizca de harina de trigo, algo que siempre me sorprende.
Contenido
Lo Poco que Necesitas para Hacer Magia
La lista de la compra es corta, que eso siempre se agradece:
- Vas a necesitar cuatro huevos. Si son de corral, mejor que mejor, por el colorcito que le dan.
- Una lata de leche condensada (la de tamaño estándar, unos 395 gramos). Es el alma dulce de este bizcocho.
- Un par de cucharadas de mantequilla, que derretiremos para que se integre bien.
- Aquí viene el secreto de la textura: una taza de fécula de maíz, la maicena de toda la vida.
- Y una cucharadita de polvo para hornear (tipo Royal) para que suba bonito.
Preparando el Terreno y Batiendo Nubes
Antes de empezar el lío, enciendo el horno a 180°C. Mientras coge temperatura, preparo el molde: un poco de mantequilla por todos lados y luego espolvoreo maicena, así nos aseguramos de que no se pegue.
Ahora, lo importante: separa las claras de las yemas con cuidado. Las claras van a un bol limpio y seco, y hay que batirlas hasta que estén a punto de nieve bien firme. Ese es el truco para que quede como algodón. Déjalas esperando un momento.
Mezclando con Mimo
En otro recipiente, junta las yemas con la leche condensada y la mantequilla que ya tendrás derretida. Mézclalo bien, sin prisas.
Cuando esté homogéneo, añade la taza de maicena. Al principio parecerá un poco denso, pero mezcla hasta que no queden grumos.
Ahora viene el momento delicado: incorporar las claras montadas. Hazlo poco a poco, con una espátula y movimientos suaves, de abajo hacia arriba. La idea es que la mezcla quede aireada, que no se nos baje el invento. Por último, añade el polvo de hornear y dale una última mezclada suave.
Al Horno y a Esperar (¡Qué Nervios!)
Vierte la masa en el molde que tenías preparado. Se va al horno. ¿Cuánto tiempo? Pues depende un poco de cada horno, pero calcula entre 30 y 40 minutos. Sabrás que está listo porque se ve doradito por encima y, si pinchas con un palillo en el centro, tiene que salir limpio.
La verdad es que prepararlo es bastante rápido, quizás unos 15 minutos de lío en la cocina, y luego el horno hace el resto. No es de esos postres que te tienen esclavizado horas.
El Momento de la Verdad
Una vez fuera del horno, déjalo enfriar un poco en el molde antes de intentar desmoldarlo, que caliente es más frágil.
Este bizcocho es peligrosamente fácil de comer. Tibio con un café o un té es una maravilla. No me he puesto a calcular calorías, pero al ser de maicena, me gusta pensar que es un capricho un poco más ligero… o eso me digo yo mientras corto otro trocito. Es de esos postres que desaparecen sin darte cuenta.